Los telares, los bordados, la espera


🌬️ Ruido, velocidad y la memoria del silencio

Esta semana el cielo nos habla en muchos tonos a la vez. Mercurio, Sol y Venus en Géminis, la Luna nueva que se siembra en el mismo signo y un zumbido constante que no solo viene del afuera: también habita en nuestras mentes. Una de mis astrólogas favoritas, Mia Astral, aconseja que esta semana practiquemos el Mindfullness. Cerrar los ojos, sentir como entra y sale el aire por los agujeros de tu nariz e intentar que cada vez que aparezca un pensamiento, vuelvas a esta sensación de los agujeros de la nariz. Lo que hace unos siglos las personas hacían de manera constante y contínua, sin ponerle siquiera nombres. Solo estaban, solo vivían y la mayoría de las mujeres, solo esperaban. De esto hablaré en mi podcast : La trama de la espera.

Estamos en una era donde el exceso de información tiene nombres clínicos y filosóficos. Se habla de infoxicación, sobrecarga cognitiva, fatiga digital. Conceptos que describen un estado compartido: el de sentir que estamos desbordadas por todo lo que podríamos saber.

📲 ¿Cómo llegamos hasta aquí?

Hubo un tiempo donde escribir una carta era un ritual. Donde la respuesta tardaba días o semanas y el silencio entre mensaje y mensaje ofrecía un espacio fértil para imaginar, intuir, digerir. También un mensaje tardaba varios días en ser transmitido, tal vez porque la persona ni siquiera estaba en tu misma región o porque había que aprovechar bien la tinta, la paloma, el telegrama o el canal de transmisión
No existía el doble check, ni el chat, ni las alertas de nuevos episodios, nuevos titulares, nuevos posts. Había espera. Y en esa espera, profundidad.

Hoy, esa espera ha sido reemplazada por la inmediatez. Una pregunta no habita la duda ni la contemplación: se lanza a GPT. Una emoción no se asienta: se comparte. Un estímulo no se integra: se desliza hacia el siguiente. El otro día me preguntaba mi amiga ¿en que situaciones hoy en día tenemos que esperar? Solo se me ocurrió que en las tiendas de barrio y tal vez por elo están incluso desapareciendo. Todos los productos y la industria acelera todos los procesos con tal de que las esperas sean minimas. Esto me resultaría una idea genial si además supiéramos en qué emplear todo este tiempo que hemos «salvado»por comprar la manzana ya pelada y envasada o por recibir el paquete en casa de lo que compramos ayer….en casa.

🌀 Astrología y mente mutable

Géminis es el signo de las ideas, del tránsito veloz, de las palabras que saltan como pájaros de rama en rama. Esta semana su energía está amplificada, y con ella el riesgo de dispersión. Un ejercicio que hacíamos frecuentemente en yoga era el de detectar cuántas voces estaban hablando al mismo tiempo en nuestra mente y a quien corresponden. Fue sorprendente descubrir que la mayoría del discurso interno proviene de nuestra propia madre, pues es en los primeros meses de vida fuera de la tripa donde se da forma a nuestro subconsciente y al rumor de palabras que lo forman. Hoy en día cuando alguno de mis hijos está muy ofuscado, asumo que le tengo que comprender, pues los primeros nudos de la maraña mental vienen de mi. Parar el discurso interno que es ruidoso parece una tarea que en cualquier momento podríamos hacer y que sin embargo, requiere de una destreza impresionante y sobre todo de la constancia de hacerlo.

A mi me da miedo esto que sucede porque cuando hago alguna meditación cabalística o mística con youtube, llego a grados de conexión espiritual tan profundos que no quiero salir de ahí, me embriaga el silencio dentro de mi mente y al mismo tiempo el sonido de todos los torrentes y pulsos de mi cuerpo.

✨ Rituales creativos para habitar el silencio esta semana

  • Por supuesto, si aguantas sin móvil o cualquier pantalla unos minutos al día.
  • Recupera el arte de escribir a mano. Una carta, un diario, un poema. Y si no sabes qué escribir escribe: No sé qué escribir. Lo unico que importa es la conexión cerebral que se genera cuando la palabra nace en el cerebro y sale por las manos. Eso si, escribe en un papel y con un lápiz o boligrafo.
  • Redacta una “carta sin enviar” a alguien o con quien no sabés cómo hablar. Esta es una de las mas poderosas herramientas que aprendí en la escuela del perdón y que posteriormente hice también en Cábala.
  • Haz un mapa de tus fuentes de información: ¿cuáles te nutren y cuáles solo te drenan? Y elimina esas cuentas que no te aportan nada, que son chorradillas y sobre todo las que hacen el mal para hacer reir.

Este es un buen momento para reescribir el vínculo con el saber. No todo lo que es accesible es esencial. No todo lo que se dice necesita ser respondido. Crear el inventario de archivos de nuestra propia mente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *